lunes, 20 de diciembre de 2010

Modelos organizativos: la escolarización de acneae

 
Para Nirge (1976), debe conseguir que las relaciones entre los individuos se basen en el reconocimiento de la integridad del otro, compartiendo derechos y valores. Éste no concibe la integración en una dimensión unidimensional, sino pluridimensional, abarcando niveles de integración física, funcional y social.
El principio de integración adquiere carácter polisémico puesto que su significado se ha prestado y se presta a diferentes interpretaciones en los distintos ámbitos europeos. Así, por ejemplo, Monereo recopila las diferentes interpretaciones que se dan al término “integración”. En Italia “inserción” se aplica a la integración social, mientras que “integración” se refiere a la integración escolar. En el área nórdica anglosajona “integración” se refiere al emplazamiento óptimo del sujeto discapacitado en la sociedad, mientras que “inserción” es la introducción física en el medio.
Uno de los precursores del movimiento de integración fue Dunn (1968), que en opinión de Gottlieb fue el que más peso tuvo con sus críticas ante los tribunales norteamericanos después de la lucha y presión que habían ejercido los movimientos por los derechos civiles de las minorías étnicas.
Dunn apunta cuatro razones para demostrar que las aulas de Educación Especial no tienen justificación:
  1. En primer lugar llegó a la conclusión de que los niños con retardo mental podían hacer lo mismo en aulas ordinarias que lo que hacían en aulas segregadas, negando la necesidad de estas últimas. La razón histórica de esta práctica educativa la atribuye Dunn a que el agrupamiento homogéneo tiende a ir en contra de los alumnos de aprendizaje lento y de ambiente socio-cultural deprimido. Esta crítica se refería en principio a la agrupación por niveles, los cuales establecían una discriminación racial y económica entre alumnos blancos y negros. La sentencia del juez Wright, pronunciada en 1967, obligó en el distrito de Columbia a la abolición del nivel 5, en el cual habían sido ubicados los alumnos de aprendizaje más lento de las escuelas del Distrito (caucasianos y negros) obligando a dichos alumnos y a sus maestros a volver a las aulas ordinarias.
  2. La segunda razón que señaló Dunn es el estigma que supuestamente iba asociado a la etiqueta de retardo mental y su ubicación en aulas segregadas. Para Dunn los procedimientos de diagnóstico pasados y presentes han hecho más mal que bien, en la medida que han producido el etiquetaje de los niveles de inhabilidad que han servido para el agrupamiento homogéneo de niños en las escuelas según esta etiqueta. Para Dunn esto significaba “cavar las tumbas educativas de muchos niños racialmente y/o económicamente desventajados, por el uso de una puntuación CI., Wisc o Binet, para justificar la etiqueta de retrasado mental”.
  3. La tercera razón es el hecho indiscutible de que las aulas segregadas estaban racialmente discriminadas.
  4. La cuarta razón que arguyó Dunn contra la supresión de las aulas de EE fue un gran alcance que se había producido en el aula ordinaria respecto al diseño de programas curriculares individualizados, teniéndose presente la heterogeneidad, la cual permitiría a cada alumno el ajustar su velocidad en el aprendizaje en función de sus propias capacidades.
Los niveles de integración más aceptados entre los distintos autores consultados hacen referencia a cuatro:
  • Integración física.
  • Integración funcional.
  • Integración social.
  • Integración societal.
La integración física se caracteriza por la participación y comunicación muy escasa del individuo dentro de su entorno. Para Monereo (1985) y Jarque (1985) esta integración física también es extensible dentro del ámbito educativo a la construcción de Centros de Educación Especial junto a Centros Ordinarios, pero con una organización segregada. Sólo se comparten espacios comunes, como patios y comedores.
La integración funcional se produce para Labregère (1987) cuando el niño discapacitado desarrolla las mismas actividades que sus compañeros o muy similares. Monereo y Jarque distinguen tres subniveles en dicha integración:
  • Co-utilización de recursos o utilización compartida, cuando los alumnos deficientes comparten con los alumnos de centros ordinarios instalaciones comunes, pero en momentos diferentes.
  • Utilización simultánea: los servicios son utilizados a la vez por alumnos con y son hándicap.
  • Cooperación: cuando se establece una relación activa entre ambos grupos en la utilización de los mismos recursos.

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